Exposición "A propósito del viaje" de Martín Eluchans en Aninat Galería

Hasta el 16 de enero de 2023

 

Cada viaje que emprendemos supone dos puntos; acá el artista Martín Eluchans habla sobre los puntos intermedios. Supongamos que la vida, como muchas veces se ha dicho, es un viaje. Supongamos también que es un viaje con escalas. Y las escalas están marcadas por hitos.

La palabra “hito” supone una carga pesada e ineludible si hablamos desde el inconsciente colectivo. Una carga objetiva, un peso en la historia universal. O al menos en lo que el utilitario postula cuando habla “la mayoría de las personas”. Historias comunes como la abolición de la esclavitud, la declaración de una guerra, el fin de ellas, el derecho a voto femenino o la despenalización de la homosexualidad. O alguno de los hitos con fechas inexactas, como el descubrimiento del fuego, o la conciencia a la muerte.

Pero hay otro orden de hitos, que no son hitos universales, pero que sin embargo no les damos la importancia merecida. Y eso nos hace a todos parte del mundo. Porque estar en el mundo es reconocer que cada vida tiene sus propios hitos.

Y en esta visión de mundo es que Martín Eluchans instala verdades propias, sus propios hitos. Y por subjetivas e íntimas que sean, estas obras invitan a la reflexión y conexión con las

erdades ajenas, fugaces encuentros con las desventuras y triunfos de otros. Este viaje no es una descripción de nuestras vidas, sino el reconocimiento de que las emociones son las mismas.

Cada obra es un escenario donde hablo de pequeños aconteceres, puntos que en mi vida representan liberaciones o traumas. Hablo de las luces y las sombras, cosas muy personales como la salida del closet, el primer amor, el primer desamor y conexiones con valores universales como la justicia social y el mismo concepto de empatía”. En la exposición podrán encontrarse instalaciones encapsuladas en cajas acrílicas transparentes, las que dan al espectador la sensación de presenciar un momento íntimo. Son escenarios protegidos, encapsulados en el tiempo.”

La exposición consta de 15 escenas en miniatura, una instalación de una colección de aviones a escala y un bordado grande.

Martín continúa jugando con las miniaturas que ha coleccionado por años y que van llegando a sus manos por azar y no tanto. Las reúne y las despierta, cual marionetas dormidas, disponiéndolas para armar estos escenarios, cada uno de los cuales es una suerte de cuento contado por su autor. Darán cuenta de farsas, máscaras, sinsentidos y falsedades, personales y sociales.

Acá no hay una simple recolección de objetos, sino que estos se disponen al modo de un escenario, como si la representación estuviera a punto de comenzar o hubiera quedado

inmovilizada en un momento determinado de la puesta en escena. Por eso quizá, nos remiten a una cierta teatralidad. Y es que muchas obras de teatro plantean, visiones, hipótesis acerca de los individuos y las sociedades. El teatro refleja un modo de pensar la sociedad y aquí, en cada uno de estos pequeños escenarios, se muestra también algo acerca del mundo contemporáneo y de la psiquis individual.

El ejercicio que hace Martín es muy interesante en tiempos en que la memoria importa poco. Las vitrinas encierran, detienen la escena para que el espectador pueda mirarla desde distintos ángulos, fijarse en un detalle u otro, elegir rincones para analizar y volver sobre ella una y otra vez. El mundo, ese trozo de mundo, la escena que ahí se vive, se ha detenido y queda fija, eterna, inmóvil. La sociedad, en perpetuo cambio y movimiento ha sido congelada y entonces la angustia por la fugitividad de todo, se conjura en este juego.

Todo aquello que los hombres deseamos, amamos, detestamos y tememos, pero de lo que no es políticamente correcto hablar, aparece acá sin disfraz. Las ideas que giran por la mente del artista se vierten en estos escenarios como en un juego, a veces sarcástico e irreverente, un poco al azar, un poco a conciencia, develando verdades algo incómodas para el espectador a través de una sucesión de puestas en escena de lo que podría llamarse “el gran teatro del mundo y sus falsedades”.

Y esa provocación, tan propia del artista que tiene algo que decir, es una apelación al espectador, porque estos escenarios son, a la vez, modelos para armar. Aquí caben las contradicciones y las preguntas.

Los escenarios son inclusivos, aquí cabe todo y caben todos, y conviven entre sí los impensables. Los estereotipos son destrozados por una mano que combina a su modo los elementos para armar estos pequeños cosmos; se juega con los ídolos y se los voltea. Y así, desde el humor y la ironía, se exorciza el dolor por un mundo que ha perdido las jerarquías, que confunde y que implica perdidas; un mundo en el que nada podemos controlar.

Lo bello de estos escenarios es que son inmóviles, fijos, hechos de miniaturas, pero a la vez, están llenos de vida, de movimiento, de lecturas, de sugerencias, de guiños, que cada uno deberá descifrar, mirándolos una y otra vez.

Te invitamos a visitar la exposición gratuita en Aninat Galería, que estará disponible hasta el 16 de enero de 2023. Lunes a viernes de 10:30 a 19:30 y sábado de 11:00 a 14:00 horas.