Un mundo sin fin de Daphne Anastassiou Mustakis

Un mundo sin fin de la artista Daphne Anastassiou Mustakis

Por Felipe Forteza  

La artista, nacida en viña y de origen griego, presenta una serie de obras y esculturas que son su sello y representan su alma. Una paleta de colores pasteles o una intensa gama de azules y verdes, sumados a prístinas esculturas blancas dan forma a una exposición intensa, donde la figura humana, lo aparente y lo subliminal son parte de su imaginario, tanto como lo son la proyección de círculos a los que da vida con un ritmo frenético e infinito, invitando al espectador a adentrarse en su mundo, uno de sensaciones y sanaciones, de gritos y murmullos, de vida y lejanía.

 

Por una parte utiliza el cuerpo como vehículo de expresión, como un extenso recorrido que involucra crecimiento, necesidades, percepciones, conflictos y emociones. Este elemento de representación en el arte da forma a nuestros anhelos y obsesiones, como también a nuestra humanidad, con sus pecados y sus virtudes

 

En cuanto a su serie espirales, ténues y recurrentes, todas las culturas de nuestra historia nos han legado su experiencia a través del lenguaje simbólico y cada forma representa el encuentro entre lo divino y lo humano. Estas obras, precisamente nos invitan a pensar sobre nosotros mismos, a abrirnos y expandirnos hacia las potencialidades que cada uno traemos desde nuestro nacimiento.

 

Una representación de la unidad, lo absoluto y la perfección. Desde lo espiritual se le relaciona con la protección. De ahí nacen los anillos, las coronas o los cinturones que nos hacen “invisibles a lo negativo”. Indudable es la presencia de la segunda profesión de la creadora en cada una de sus obras. Daphne es también psicóloga, y ese conocimiento adquirido a través de años de práctica y observación, lo ha traspasado a sus pinturas y esculturas, dotándolas de profundidad y de un sin fín de miradas y simbologías, propias de su trabajo y de su aguda percepción.

 

Las esculturas que la artista presenta, son grandes volúmenes mayormente femeninas: intrincadas, poderosas y lúdicas, como si de un cuento infantil hubieran salido, vienen a complementar la muestra. Algunas de ellas son representadas en las pinturas que exhibe, en un tipo de duplicidad de dimensiones, generando coherencia a su trabajo.

 

Estas obras, al estilo de la desaparecida francesa Niki de Saint Phalle, son representaciones físicas de sus lienzos y nos invitan a reflexionar sobre la espiritualidad de nuestra existencia y la conexión que existe entre el amor, la energía infinita, la paz, la felicidad y el mundo interior y exterior que nos circunda.